lunes, 10 de septiembre de 2007

NOTA

Publicado en El Universal
Calidad de la educación superior

Rodolfo Tuirán 10 de septiembre de 2007

El sistema nacional de educación superior se caracteriza por la enorme diversidad y heterogeneidad de sus partes. Está integrado por más de 2 mil 200 instituciones de diferente régimen, complejidad y tamaño, donde estudian casi 2 millones 700 mil jóvenes. Estas instituciones conforman circuitos marcadamente diferenciados desde el punto de vista de la calidad de sus programas educativos. Es sabido que muchas de las instituciones públicas y privadas del país ofrecen programas académicos —de licenciatura, profesional asociado (PA), técnico superior universitario (TSU) o posgrado— que no reúnen los estándares mínimos de calidad. Sin embargo, no puede desconocerse que en los últimos años un número creciente de universidades ha logrado hacer de la calidad un compromiso electivo y de la evaluación un esfuerzo permanente, logrando impactos favorables tanto en los procesos educativos, como en sus resultados. De acuerdo con la información proveniente de los organismos evaluadores y acreditadores de la educación superior, hay actualmente en México un total de 2 mil 120 programas académicos (de licenciatura, PA o TSU) reconocidos por su buena calidad (es decir, menos de uno de cada siete programas registrados), donde estudian casi un millón de jóvenes (alrededor de 40% de la matrícula del sistema de educación superior en esos niveles). Estos programas se concentran en 185 universidades, institutos y centros de educación superior del país, donde se han extendido —como medios para acicatear la mejora continua en la calidad de la educación— las prácticas de evaluación externa por pares y la acreditación de los programas educativos. Estas prácticas son consistentes con la idea de que aquello que no se evalúa, se devalúa. La Secretaría de Educación Pública (SEP) reconoció hace algunos días estos esfuerzos y entregó un reconocimiento a 77 instituciones educativas (27 universidades públicas federales y estatales, 48 institutos y universidades de carácter tecnológico y dos instituciones particulares) que tienen un rasgo en común: contar con al menos 75% de la matrícula en programas (de licenciatura, PA o TSU) de buena calidad reconocidos por los organismos nacionales de evaluación y/o acreditación. Llama la atención el hecho de que el número de instituciones con estas características se multiplicó por seis desde que la SEP instituyó este reconocimiento en 2004 (al pasar de 13 a 77). Asimismo, sobresale la nutrida presencia de las instituciones públicas y el hecho de que los esfuerzos de calidad se han extendido tanto en las universidades del norte y del centro, como en las del sur del país. Finalmente, es notoria la casi total ausencia de las instituciones particulares en este selecto grupo. De hecho, únicamente 38 de las más de mil 100 instituciones privadas han incursionado exitosamente en los procesos de evaluación externa y de acreditación, aunque sólo dos alcanzaron el umbral establecido por la SEP para recibir el reconocimiento indicado. A pesar de los avances registrados en los últimos años en materia de impulso a la calidad, es preciso reconocer que el camino por recorrer todavía es largo y arduo. Además de extender los procesos de evaluación y acreditación a todas las partes del sistema, la vertiginosa renovación de los saberes científicos y tecnológicos exige a las instituciones de educación superior revisar su organización, estructura y enfoques y responder cada vez con mayor calidad. Como se puede advertir, el sistema nacional de educación superior tiene enormes y complejos desafíos que enfrentar. Frente a la enorme heterogeneidad de los niveles de calidad, es preciso reforzar el conjunto de mecanismos dirigidos a asegurar la mejora continua en este renglón. México debe aspirar a contar con un sistema educativo fortalecido, pertinente y de calidad, que genere profesionales formados integralmente, dispuestos a “aprender a aprender”. En esta trayectoria no hay más puerta por abrir que la inteligencia y la creatividad, ni otro camino por recorrer que el del compromiso y la innovación permanentes.

r_tuiran@yahoo.com.mx Analista y subsecretario de Educación Superior de la SEP